“No hay hindúes, no hay musulmanes” … “Hay una sola casta: La Humanidad”
Guru Nanak
“Todos somos hijos del mismo Dios, gotas de un mismo mar, llamas de un mismo fuego, hojas de un mismo árbol. Nuestra casa es la tierra y nuestra patria “La Humanidad”
Marina de Chateaubriand



“Que ningun hombre se glorie de que ama a su patria; que más bien se glorie de que ama a sus semejantes”
Baha´u´llah
“..El viaje fue agitado y emocionante. Llegaron a la dolorosa frontera que separaba a los dos países, donde iban a vivir momentos tensos pero también momentos inolvidables. Uno de estos sucedió cuando…”

“….-Esta ciudad que ahora irónicamente pertenece a ” la tierra de los puros” – le confesaba Jaspal como en secreto- , durante siglos fue el “oasis de los impuros”, refugio de poetas, artistas, pensadores libres y viajeros libertinos. Se convirtió en símbolo de convivencia y tolerancia. Un escritor dijo de ella que tenía ese feliz desorden asiático que si se le da tiempo le dará a un hombre todo lo que necesite.
-Bueno, entonces habrá que darle tiempo-dice Nanak.
-Si,-Pero mientras tanto …”

.”…Kalu le decía:
-Nuestra región en persa significa “cinco ríos”.
Y efectivamente esta región estaba rodeada de cinco ríos, siendo una de las más pujantes del país. Era el granero del norte, una de las zonas donde se produce más trigo. Y además estaba irrigada por canales y muy bien comunicada con el resto.-
-Un día- les dijo suspirando y mirando en el horizonte como si viese nuevamente esas imágenes-, nos obligaron a salir de aquí. Hubo un momento en que nuestra tierra, en la que habíamos nacido, crecido, amado y convivido en fraternidad todos, se había convertido en nuestra cárcel, nuestra tumba, y tuvimos que huir.
Jadya no comprendía cómo pudo ocurrir eso tan de repente.
Y Kalu, con los ojos llenos de lágrimas, le dijo:
- Hindús y musulmanes vivíamos juntos como hermanos, compartíamos todo, hasta las fiestas y la comida. No había problemas. De repente de un modo inexplicable se desató un odio irracional. Comenzaron a correr noticias alarmantes y veíamos llegar cadáveres flotando por los ríos. Y cundió el pánico…Y comenzó el doble éxodo más grande que ha conocido la historia: diez millones de personas perdieron sus hogares, unos marchaban hacia el oeste, los otros hacia el este, y en ese ir y venir medio millón perdían sus vidas.
Y como si esas imágenes siguieran en su retina, les describió todas esas escenas de horror que jamás podría borrar de su memoria mientras viviese.
Nanak había escuchado infinidad de veces esos relatos, pero siempre que volvía a oírlo en boca de su abuelo se estremecía… Lo contaba con tanto sentimiento y realismo que le parecía verlo, vivirlo, ver a esas familias corriendo desesperadas y colapsando todas las carreteras…”

“…Después de mucho andar, por fin llegaron a nueva Delhi la capital de la India, que había sido centro político y financiero de varios imperios, y acabó desplazando a Calcuta. Por suerte habían llegado en la estación monzónica y las temperaturas elevadas eran aliviadas por las refrescantes lluvias que eran como bendiciones del cielo que les permitían respirar.

“…Casualmente, o quizá no tanto, habían llegado en una fecha especial: el día nacional o de la independencia. El día que nacieron como nación soberana. La bandera india se izaba orgullosa y soberbia desde la torre de la fortaleza roja y flameaba ostentando todos los colores que la formaron: su verde, color del Islam; su naranja color del hinduismo y de la renuncia; y su blanco, que simboliza el camino intermedio, con la rueda en el centro que nos recuerda que el movimiento es necesario para el cambio…”

“...El primer ministro, desde las murallas del fuerte, se dirigía a la nación. Hablaba de las hazañas del pasado, de los logros del presente y la ilusión de un futuro compartido de paz, desarrollo y progreso… Se distribuyeron miles de exquisitos dulces, pero a ellos les sabían un tanto amargos. Era un día de fiesta pero con un sabor agridulce, porque recordaba la victoria pero también el fracaso. Se independizaba de uno de los más grandes imperios de la época y nacía la más grande democracia del mundo, pero a la vez vieron cómo su cuerpo era amputado y cercenado no en uno sino en tres territorios independientes…”


“…Y luego de tantas celebraciones, el cielo del atardecer se llenó de cometas, que simbolizaban la libertad. Desde los tejados, las azoteas, los balcones, y desde todos los sitios se las soltaban al aire y el día acababa en una guerra de cometas…”

“…Era un día de concursos, actividades culturales, pero también un día de reflexión sobre esa palabra en aras de la que se derramó tanta sangre, tantas veces denigrada o esgrimida en discursos, y utilizada por los políticos: la libertad. Una palabra maravillosa pero que fue manipulada por intereses egoístas, muchas veces usada pero pocas veces respetada y mucho menos comprendida… “
“…Amisha filosóficamente reflexionó:
-Si buscamos la libertad, encontraremos la igualdad, pero si buscamos la igualdad, no encontraremos la libertad…
Ravi, entusiasmado, continuó la idea:
-Las cometas fueron usadas en la guerra. Los chinos usaban las cometas para marcar su posición y marcar las distancias. ¡Pero ahora tendríamos que usarlas para la paz! Tendríamos que llenar de cometas los cielos en vez de aviones militares.”



“…Y todos miraban el cielo, ahora iluminado por fuegos artificiales, y se lo imaginaban lleno de coloridas aves y cometas volando por el espacio en paz y en armonía….”
El VALLE DE CACHEMIRA, o el El VALLE “FELIZ”

“…El en especial estaba pletórico porque se dirigían hacia Cachemira o el “valle de la Felicidad”, pronto podría cumplir su promesa de mostrar esa bella región a su amada. Allí vivían no uno sino varios de sus amigos, de modo que tenía que elegir a unos sin ofender a los otros. Eligieron dos con visiones muy diferentes, y se podría decir que incluso antagónicas.
Los primeros vivían en una casa flotante en el lago Dal. Jadya disfrutaba las huertas y los jardines flotantes, y estaba maravillado con eso nunca visto antes que se sumaba al marco majestuoso que le rodeaba. Las aguas cristalinas reflejaban como en un espejo los perfiles de las cordilleras, el cielo y las nubes. Nadie diría que esa calma aparente pertenecía a una de las zonas más conflictivas del mundo, y que se la disputaban tres países con potencia nuclear suficiente como para convertir ese paraíso en un infierno irrespirable. Los amigos afirmaban que a pesar de la situación conflictiva, había movimientos de buena voluntad y amagos de diálogo. Uno de estos buenos gestos justamente había sido la inauguración de esa línea de autobuses que unía a los dos países, en la que ellos habían viajado compartiendo ese espectáculo tan curioso. Les acompañan a visitar su región descubriendo parajes de una inusitada belleza.
Luego fueron invitados por otros amigos musulmanes, que no eran tan optimistas. Según ellos, la situación no era tan cómoda, ni tan maravillosa, porque no había libertad ni justicia. Y eso les obligaba a luchar por la justicia, y a no bajar nunca los brazos. Jadya y Nanak estaban de acuerdo porque era evidente que solo la tolerancia, el respeto mutuo, traería la justicia y la justicia, traería la paz y todas las virtudes que la acompañan: abundancia, prosperidad, amor, libertad y felicidad. E intentar conseguir que se haga esto realidad es un deber que nos atañe a todos.
Ellos vivían del turismo, así que con más razón deseaban la paz, sin paz no podían vender ni comercializar sus productos ya que no acudían los turistas. Pero a Jadya lo que más le entusiasmaba de estos amigos no era su fe, sino que eran unos destacados artesanos de alfombras y pasamanes. Y de las montañas no se fijaba en sus altas cumbres siempre nevadas, sino en sus verdes laderas cubiertas de bosques de moreras.
Y hay que decir que para ella las alfombras estaban cargadas de simbolismo. No era simplemente porque podían transportarnos lejos, ni porque ornaron palacios o mezquitas, sino sobre todo porque era el suelo móvil de los beduinos de las caravanas del desierto, donde se compartía, se hablaba, danzaba y reía, y también donde se rezaba. Y a esto hay que añadir recuerdos de su pasado….”

“…Y así, mientras Nanak y Yamir querían arreglar el mundo y hablaban de paz y justicia, y las naciones se disputaban ese mágico valle, ella contemplaba la representación más grafica de esa región que le parecía ahora el corazón del continente.




Allí, con la seda venida de China, con la técnica persa, los indios en un perfecto sincretismo habían llegado al sumun de la perfección en el arte de hacer alfombras. Y esas piezas que salían de sus manos eran como un paradigma de esperanza, la visión de una nueva India donde todo se pudiese combinar sin perder nunca la singularidad de cada parte, aun la más pequeña, porque el conjunto lo formaban la suma de todas ellas, aún la más insignificante. Un pequeño fallo, una ausencia del trazo de un tallo o del pétalo de una flor, hacían que se perdiese la maravillosa visión del conjunto, y la armonía del todo…”
( Fragmentos del Libro ”Los Caballos del Cielo” )
